24 de marzo de 2008

De fanatismo y humor

Leyendo el ensayo del escritor y miembro del movimiento Peace Now israelí Amos Oz, "Contra el fanatismo" (en inglés The Tubingen Lectures. Three Lectures ), me encontré en la página 34 (en la segunda edición de Siruela) unas frases que me chocaron. No fueron las únicas que lo hicieron del ensayo, pero sí da para un tema curioso y poco hablado:

" El sentido del humor es un gran remedio. Jamás he visto en la vida a un fanático con sentido del humor. Ni he visto que una persona con sentido del humor se convirtiera en un fanático, al menos que él o ella lo hubiesen perdido. Con frecuencia, los fanáticos son muy sarcásticos y algunos tienen un sarcasmo muy sagaz, pero nada de humor. Tener sentido del humor significa tener la habilidad para reírse de uno mismo. "

Curioso, ¿eh? Pero no piensen en que si le contamos un chiste a Osama bin Laden dejaría de ser un fanático. El fanatismo "es un gen del mal presente en todos nosotros". Y el humor sería como una terapia génica. Pero, ¡ojo, leed bien! también hay que ser capaz reírse de uno mismo. Tener sentido del humor no es solo contar chistes buenos, es también aceptar aquellos en los
que formes parte de la gracia. Tampoco estoy diciendo que hay que reírse de lo que te dicen, tampoco lleguemos al extremo de reírte aunque te insulten, no seamos simples.

Entonces, según Amos Oz, ¿los humorístas son el mayor enemigo de los fanáticos? Vaya, entonces todas las personas que trabajamos en las uncyclopædias (las wikis que parodian Wikipedia, por ejemplo, la de habla hispana es Inciclopedia; sí, la que he spameado tanto en esta página, ) y demás humoristas de este loco mundo deberíamos irnos a Afganistán a contarles chistes a los talibanes, o al Líbano a bromear con Hizbulá. Si los campesinos fueran contando chistes de Tomás de Torquemada a los inquisidores, ¿tal vez no hubieran sido tan estrictos e incluso la Inquisición se habría disuelto? Ójala fuese así de sencillo.

Ahora, no caer en la trampa de volverse en un fanático antifanático. Parece un trabalenguas además de ser contradictorio, pero es así. El fanatismo es contagioso, pegajoso, despiertá al menor estímulo. Sin embargo, promoved el humor, es la chispa de la vida, la Coca Cola por decirlo de alguna manera. Pero que sea en el momento apropiado claro. Vas a cerrar el contrato más importante de tu vida y te pones a vacilar un poco a la empresa. Si no tienen sentido del humor, no les va a sentar bien.

En conclusión: el humor es una de las cosas bellas de esta vida, de este mundo que nos ha tocado y que hemos hecho. El fanatismo, que siempre vive dentro de cada alma humana, puede ser controlado mediante el humor, es decir, reírse de los demás y de tí mismo. Sin embargo, curar a un fanático es díficil, lo fácil es contagiarse al fanatismo. Recuerden que esto es sólo una opinión que encima contrasto (y no mucho, apoyo mucha de sus ideas). Pero que el humor siempre esté presente en vuestra mente.

5 comentarios:

Ruben dijo...

Buen articulo, muy cierto lo que dice Amos Oz.

Gudproyect dijo...

Ey Kenbill, interesante reflexión. a era hora de que actualizases.

Kenbill dijo...

Ya he escrito mi próxima ya (con ella he estrenado mi cuaderno de mates XD) Sólo me falta pasarla y listo. Pero aún no lo haré, voy a dejar ésta un tiempo, como mucho una semana, para que cuaje.

TDI dijo...

Muy interesante. Si Al-Qaeda quiere reconquistar Al-Andalus lo combatiremos con Chiquito de la Calzada o con el Chikilicuatre.

Alan dijo...

Me sumo a los comentarios que te felicitan por el post. Muy bien planteado, y muy buena la reflexión. Coincido en que hay que es fundamental saber reírnos de nosotros mismos para no tomarnos las cosas muy a la tremenda.