21 de febrero de 2009

Cumplir una promesa

Aunque para más de uno pensará que el correcto título del post sería: "El retorno de mi lado más facha", pero allá ellos, que cada uno piense lo que quiera.

Hace un año, nuestro querido presidente ZP nos prometía que llegaríamos al pleno empleo. Y hemos batido récords de empleo, sí señor. Todo récord de pérdida de empleo. Hasta un millón de parados en un año. Ni el Mariscal Paul von Hindenburg, predecesor de Hitler en el Gobierno de Alemania, pudo igualarle, él sólo pudo llegar a poco más que 900.000 parados. ¡Esto sí que es cumplir una promesa!

De hecho, circula ya un chiste de origen facho. No es el más gracioso del mundo, y probablemente lo hayan oído o leído. Irónicamente, es cierto.

Y otra promesa bien bonita. La de los 400 euros. Original manera de aumentar la inflación. Parece que todos nos hacemos más ricos, pero no, eso colabroó en el aumento de precios que hubo a principios y mediados del año pasado. ¿Y quién sale perjudicado? El más pobre, o sea, al que supuestamente se quería ayudar. Sobra decir también que es un voto comprado.

Rajoy tampoco cumple promesas. No porque no salió elegido en las encuestas. Más bien, porque no inspira confianza. No es un líder nato.

Al fin al cabo, la única que cumplió su promesa electoral fue Rosa Díez, que, como dije en el post anterior, devolvió el dinero que le donaron para su campaña.